
Que Martin Scorsese es uno de los grandes del cine no hay duda. Que los Rolling Stones son uno de los grandes de la música tampoco. ¿Y que pasa cuando dos de los grandes del mundo del arte confluyen? Pues un concierto y poco más.
Filmado en el Beacon Theatre de New York en otoño del 2006, Shine a Light satisfará a los fans de la mítica banda.
Desde siempre Scorsese ha sido un hombre inquieto y sus trabajos cinematográficos no se han ceñido exclusivamente a las obras de ficción. El documental siempre ha atraído al director de Taxi Driver y Toro Salvaje (por la que fue nominada al oscar que injustamente no se le concedió), sin duda sus dos mejores trabajos y auténticas piezas claves de la historia del cine. Ahí está su participación en la serie documental The Blues, o su más reciente trabajo sobre Bob Dylan en No Direction Home, por no hablar de su repaso a la historia del cine norteamericano o al neorrealismo.
Filmado en el Beacon Theatre de New York en otoño del 2006, Shine a Light satisfará a los fans de la mítica banda.
Desde siempre Scorsese ha sido un hombre inquieto y sus trabajos cinematográficos no se han ceñido exclusivamente a las obras de ficción. El documental siempre ha atraído al director de Taxi Driver y Toro Salvaje (por la que fue nominada al oscar que injustamente no se le concedió), sin duda sus dos mejores trabajos y auténticas piezas claves de la historia del cine. Ahí está su participación en la serie documental The Blues, o su más reciente trabajo sobre Bob Dylan en No Direction Home, por no hablar de su repaso a la historia del cine norteamericano o al neorrealismo.

Cierto es que Shine a Light, como cualquier otro concierto, debería haberse enfocado estrictamente al mercado del dvd y no las salas cinematográficas. Evidentemente esta excepción ha sido posible principalmente al tirón legendario de los Rolling más que por el propio nombre de Scorsese. Sin embargo, a diferencia de los demás productos de este tipo, Scorsese consigue que el espectador sienta como pocas veces lo que es estar sobre un escenario cara a cara con los artistas. Colocando las cámaras casi pegadas al escenario y sobre el, casi no utiliza los planos generales a favor de planos más cercanos y de larga duración, fragmentando el montaje solo en los momentos imprescindibles que el propio ritmo de las letras y la música va marcando. Así, el espectáculo es total.


Nota: 7
Critica de "Shine a light" realizada por Xavi Porta.
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